J.S.Glez.
Hoy visité al Mejor Amigo de Cuba
de todos los tiempos. Llegamos casi a las 4 de la tarde, era eminente el cambio
de la guardia de honor. Los husares que le acompañan parecían preguntarme
¿Llegaste hermano? Alguien me explicaba una historia bien conocida, lo hacía
con amor. Sentí en sus palabras el cariño de hija crecida de la sabia de un
pueblo magnífico que pare gigantes cada 171 años, siempre en el mes de julio.
El Cuartel de la Montaña, 4 de
febrero, es la casa del Mejor Amigo de tanto pueblo y de tanta
independencia que se me aprieta el pecho y lágrimas derramo solo por un instante.
Hay silencio. Niego la foto del turista junto al trofeo, pero un amigo me
retrató mientras caminaba. Después me dijo que así podía tener más cerca a
Chávez.
Pensé… ¿Más cerca? Imposible,
pero lo agradezco. Así puedo compartir mi modesto homenaje con mis hijos,
familia y amigos. Contar que sí, lo visité, en su siembra fértil, de canción y
espada, de historia y presente, de verbo en andanadas o simples coplas llaneras
como su alma.
Hoy visité al
Mejor Amigo de Fidel, y le conté en una mirada, que de Cuba traía la
medicina del ALBA, el amor de los hijos de su otra Patria. Hoy al visitar mi
Mejor Amigo, pensé en él. ¿Qué le dirías tu Fidel? Imagino no, siento que le
dirías que es cierto, que los que queremos Patria en Venezuela, en Cuba, en
América Latina toda, desde el Bravo hasta la Patagonia estamos de pie. Un solo
pueblo está de pie.
El cañonazo de las 4.25 de la
tarde me sorprendió pensando en los ojos de una miliciana, rodeada de otros
visitantes del Amigo. Ojos negros humildes, de una pequeña miliciana, con un
fusil en las manos que le superaba. Hija de Maisanta, pensaba
cuando un coro de voces respondió a la milicia que el cañonazo tirara: Chávez Vive,
la Lucha Sigue.
Al decir de Martí... "Hagamos por sobre la mar, a sangre y a cariño, lo que por el fondo del mar hace la cordillera del fuego andino. Los flojos, respeten, los grandes, adelante. Esta es tarea de grandes." Grande será la batalla de los venezolanos, pues hacer las revoluciones es difícil, pero más complejo aún, es mantenerlas. Este cuartel es lugar obligado de visita de todos los revolucionarios, es el momentico en que podemos ir a retribuirle al mejor amigo de Fidel y de los cubanos.
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