El Martí de todos

José Martí
Por. MsC. Enma Colina Bruzón

El cubano mayor como le llaman a Martí en la mayor isla del caribe, tuvo como pensamiento y acción, premisas que lo llevaron al hacer como fundamento de sus principios, basados en la ética y el ejemplo personal.

Uno de sus testamentos familiares ha sido la carta que le escribió a su hijo desde Cabo Haitiano en abril de 1895, donde le dice:…creo en el mejoramiento humano, en la utilidad de la virtud y en ti. Con esto le decía a su retoño que en la vida había que esperar mejores acciones de los hombres, que la existencia era perfectible y que se podía alcanzar el bienestar logrando  cada individuo ser mejor para sí y para el resto.


Las ideas martianas que marcan la virtud se manifiestan en esta máxima…las cosas buenas se hacen sin llamar al universo para que nos vea pasar. Se es bueno porque sí y porque allá dentro se siente algo cuando se ha hecho algún bien o se ha dicho algo bueno a los demás, eso es mejor que ser príncipe, ser útil. Trasciende la virtud cuando se es protagonista de ella, en Martí es costumbre en su actuar cotidiano, así lo demostró en presidio, en el magisterio,  su periodismo, el verso, la oratoria que llegó a estremecer decenas de espectadores, sus compañeros de lucha con quien fundó el Partido Revolucionario Cubano, sus amigos y amigas entrañables.

El amor como fórmula de triunfo, fue su premisa primordial ante su gran reto, la independencia de su Cuba colonizada por España, para ello convocó tanto a cubanos como españoles y extranjeros honestos a sumarse a la contienda y su grito hacia la libertad como político plural e incluyente  fue: Con todos y para el bien de todos.


No hay comentarios: