Por. MsC. Enma Colina Bruzón
José Julián Martí Pérez, hijo de Leonor Pérez natural de Islas Canarias y de Mariano Martí
nacido en Valencia España, primogénito y único hijo varón nacido en la Habana,
desde temprana edad con una educación familiar férrea por parte del padre y muy
tierna por su madre, tuvo la dicha de tener al maestro Rafael María de Mendive,
quien había sido discípulo de José de la Luz y Caballero, como excelente guía,
en su casa aprendió a conocer el coloniaje español en la isla, las
consecuencias de la esclavitud y la ausencia de libertad de los cubanos, allí
cultivó el sentido de pertenencia de una nación que recién emergía con el grito
de independencia de Céspedes en el oriente. La Guerra Grande de 1868, fue el
inicio de las gestas libertarias. El pronunciamiento de Martí sobre los
resultados ella fue…los recelos justos que quedaron de una guerra que tuvo todas las energías y las condiciones todas
para vencer, y por nuestra incapacidad y nuestras vacilaciones fue vencida.
Por Cuba, Martí fue a
presidio, al destierro, vivió fuera de la Isla, acusado de independentista, estudió
las causas del fracaso de la Guerra de los Diez años, aunó voluntades entre los
jefes militares en el exilio y lideró una nueva contienda que llamó Guerra
Necesaria, la del 95. Fue en los Estados Unidos donde la organizó, fundando un
partido político el PRC para ese fin por lo que significó Cuba para el más
universal de los cubanos su gran amor, por el que arriesgó todo por la patria
libre al respecto dice: Cuba quiere
ser libre. Y como los pueblos de la América del Sur la lograron de los
gobiernos reaccionarios, y España la logró de los franceses, e Italia de
Austria, y México de la ambición napoleónica, y los Estados Unidos de
Inglaterra y todos los pueblos la han logrado de sus opresores, Cuba, por ley
de su voluntad irrevocable, por ley de la necesidad histórica, ha de lograr su
independencia.
Se lanzó a la independencia
de Cuba quien fue paradigma de libertad para su Cuba, la que elevó en el más
alto nivel de su oratoria, del periodismo, de la poesía de su desprendimiento y
entrega refiere el cubano. Cuba reclama la independencia a que tiene
derecho, por la vida propia que sabe posee, por la enérgica constancia de sus
hijos, por la riqueza de su territorio, por la natural independencia de este,
y, más que todo, y esta razón está sobre todas las razones, porque así es la
voluntad firme y unánime del pueblo cubano.
Pasó así el héroe cubano al
martirologio de la historia como el más ferviente independentista, como el más
comprometido de las gestas libertarias en el siglo XIX, como el más brillante
político e intelectual cubano como ejemplo imperecedero para las presentes y
futuras generaciones que mantienen independientes a sus países bajo democracias
verdaderas de paz y de justicia social.