Por: Ms.C. Enma Colina
Bruzón.
El cubano más universal en
sus estancias por las tierras de la
América, pudo percatarse que en pueblos eminentemente agrícolas, se vivía de
productos manufacturados producidos en
los en los Estados Unidos y algunos
territorios de Europa, bajo el manto proteccionista. El intercambio desigual
era noticia y preocupación de muchos
gobiernos, en la década de los 90 del siglo XIX. Se producen encuentros en
Norteamérica, uno de estos se conoce como la Conferencia Monetaria Internacional,
con sede en los Estados Unidos, dónde por primera vez se habla de una única
moneda para efectuar las ventas y compras entre los países del continente, no
hubo acuerdos a favor de esta idea, Martí estuvo al tanto de lo que se discutía
en torno al tema. Al respecto dice el Apóstol:
“Jamás
pudiera llegar la locura de una nación hasta prescindir, al fijar la moneda que
la sirve para tratar, de las naciones con que ha de hacer los tratos. Sueño
sería también, impropio de la generosidad y grandeza a que están obligadas las
repúblicas, negarse, directa o indirectamente, con violación de los intereses
naturales y los deberes humanos, al trato libérrimo con los demás pueblos del
globo”.
El Héroe Nacional cubano,
criticó desde la nación mexicana, los tratados arancelarios desiguales para el
comercio, que fueron las primeras acciones de lo que luego se convertiría en el
ALCA, Acuerdo de libre Comercio para las Américas, regidos, por los designios
del mercado del norte, sobre el tema expresa Martí: Lo que en la naturaleza humana se
llama sociabilidad, en la naturaleza del
Derecho se llama reciprocidad, y en la naturaleza de la Economía libre cambio.
El libre cambio es la prenda de la amistad entre los pueblos, como las
reciprocidades entre ellos la garantía de la justicia. La amistad de las
naciones se basa en su interés mutuo: por cuidar cada una del suyo, alimenta el
ajeno.
Es otro el contexto y
panorama geopolítico y económico del siglo XXI, en su segunda década, por un lado, el grupo de los BRICS, El ALBA,
La CELAC, entre otros que han buscado alternativas para tener relaciones
mercantiles en condiciones de equidad, respeto y beneficios mutuos. En el mundo
de hoy la presencia martiana es paradigmática y así lo expresa: Las
grandes necesidades se revelan con una insistencia tenaz. Luchan perpetuamente
en la vida social los dos principios generadores, el de la dominación, todo
error; el de la libertad, todo nobleza…Debe adoptarse la doctrina que aproveche
más. Aquella doctrina es mejor, cuyos frutos alcanzan a una clase más numerosa…
los fabricantes y los consumidores.
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