martes, 9 de septiembre de 2014

La Libertad en Martí y los martianos.



Por. MsC. Enma Colina Bruzón.

Los que no han descubierto las lecciones  para la vida que el José Martí de Cuba ha legado a la humanidad, los invito a que penetren en las obras completas en 27 tomos de las que existen tres ediciones, también aparecen en soporte digital, allí podrán encontrar lo inimaginable escrito en el siglo XIX y que parece haberse redactado hoy, así de visionario es el  hombre que trascendió épocas con más luces que sombras ha llegado hasta nuestros días como referente irrefutable.
La Patria de Martí alcanzó su verdadera independencia el primero de enero de 1959, con la sabia conducción de un martiano mayor. Fidel Castro Ruz, quien llevó a vías de hecho las doctrinas del Apóstol para este: la libertad es como el genio, una fuerza que brota de lo incognito; pero el genio como la libertad se pierden sin la dirección del buen juicio, sin las lecciones de la experiencia, sin el pacífico ejercicio del criterio.

Morir por la independencia costó a Cuba las vidas de veinte mil cubanos en las tres gestas libertarias. La sangre derramada no fue en vano, los que cayeron ayer por el disfrute y gozo pleno de libertades, la patria los contempla orgullosa, uno de ellos fue el mayor de los cubanos el que afirmó. Amamos la libertad, porque en ella vemos la verdad. Moriremos por la libertad verdadera, no por la libertad que sirve de pretexto para mantener a unos en el goce  excesivo, y a otros en el dolor innecesario. Se morirá por la república después, si es preciso, como se morirá por la independencia primero.

Libres los cubanos en la isla de más de once millones de habitantes, han demostrado  al más ilustre de sus hijos que: “¡ Solo perdura, y es para bien, la riqueza que se crea, y la libertad que se conquista, con las propias manos! , Con escasos recursos se pueden alcanzar metas mayores y riquezas espirituales que no lo han podido lograr con  millones de recursos materiales países del llamado primer mundo, escuelas y nivel de posibilidades y equidad para todos, atención médica gratuita, bajos índices de mortalidad infantil, erradicación de enfermedades, alimentos racionados, pero seguros, bajos niveles de violencia en las calles, oportunidades de empleo en sus dos modalidades, igualdad en derechos de género, raza y diversidad sexual, cero pobreza extrema, seguridad y paz ciudadana, gracias a la  libertad de los humildes y para los humildes, la de todos y todas que solo ha sido posible  con la Revolución.

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