Hacia 1868 en Cuba se
estaba gestando la Revolución a través de una guerra contra el coloniaje
español, que luego se le dio el nombre de Guerra de los Diez años, cuyo primer grito
de independencia fue lanzado por Carlos Manuel de Céspedes el 10 de octubre del
propio año. Martí siendo discípulo del maestro Rafael María de Mendive, participa en la casa de este en las
reuniones que se efectuaban en favor de la libertad de Cuba.
Con apenas 16 años,
Martí fue a presidio por acusar de apostasía a un compañero de aula y ponerse
al lado de su amigo Fermín Valdés Domínguez, autor de aquella carta acusatoria,
desde entonces y hasta el final de su vida entregó cada minuto a luchar por la
Revolución, inconclusa en el 68 y se dispuso a declarar las causas de ese
fracaso y no repetirlas en otras circunstancias. La Revolución en Martí es: La
justicia, la igualdad del mérito, el trato respetuoso del hombre, la igualdad
plena del derecho.
Para el cubano, el
exilio fue su casa y la pluma su arma,
convirtiendo en doctrina lo que devino de su prolífero pensamiento a través de
ella, ambas supo fusionarlas con esa
sapiencia que sólo él en medio de difíciles momentos pudo para atenuar
conflictos, hacer tolerantes relaciones entre los líderes de la guerra grande,
sumar a los cubanos del exilio y organizar, desde las mismísimas entrañas de
los Estados Unidos lo que llamó Guerra Necesaria, Breve y Generosa, para
él: era de primer orden completar la obra de la
Revolución con el espíritu heroico y evangélico con que la iniciaron nuestros
padres, con todos y para el bien de todos.
Para lograr la
independencia de la isla creó un partido político el PRC, en torno del cual
giró la organización de la contienda del 95, la que fue aglutinadora de todos
los que estuvieran a favor de la libertad cubana, para ello puso todo empeño y energías, sus principales seguidores
fueron los cubanos en el exilio y los revolucionarios que estaban en Cuba
quienes lanzaron el segundo grito de independencia en Baire el 24 de febrero:
El líder mayor de esta gesta se incorpora a la lucha el 11 de abril,
encabezando la lista de los héroes caídos en combate el 19 de mayo del 95,
quedó inconclusa la Revolución y las aspiraciones martianas de lograr que el
culto de los cubanos fuera la dignidad plena del hombre, sesenta y cinco años
después Fidel Castro haría realidad los preceptos del Apóstol al cumplir su
máxima: Revolucionarios útiles, comprenden que las revoluciones son estériles
cuando no se firman con la pluma en las escuelas y con el arado en los campos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario