sábado, 13 de septiembre de 2014

Los Libros en José Martí.



Por: Msc: Enma Colina Bruzón.

Una de las metas literarias que tuvo Martí fue la de escribir el libro de la vida, una especie de reflexiones acerca de la existencia, sin embargo su corto tiempo por este mundo no se lo permitió, sí dejó para la posteridad más de 300 crónicas sobre diversos temas y aconteceres en los que tuvo participación directa e indirecta y que aparecen publicados en los periódicos para los que colaboró durante más de once años, entre 1881-1892. El cubano mayor escribió una novela y un cuento, la primera: Amistad funesta y el segundo: Amor con Amor se paga, tradujo libros del inglés al español, entre otros trabajos de ese tipo que realizó por encargo, sobre ellos dijo:.. títulos dan los reyes; pero de ennoblecimiento del alma, ninguno mayor que el que se saca de los libros.

La lectura fue para el Apóstol hábito cotidiano, se cultivó con los conocimientos de los libros más actualizados de su época, sobre ellos dijo que: consuelan, calman y redimen, desentrañó a Tolstoi, Witman, Alan Poe, entre otros grandes literatos, de ellos escribió bellas crónicas que hoy  se consideran dignos homenajes a través de la pluma de quien fue tan inmenso como ellos. De Martí hoy se recogen en sus obras completas en más de cinco tomos un extenso y rico epistolario con el que estableció nexos, vínculos y relaciones muy entrañables con la familia, amigos, amigas, compañeros de lucha al establecer una clasificación sobre los libros dice: Hay libros en que parece  que va acuñado el corazón, y hecho páginas y letras, donde se ve agonizar la esperanza y sangrar  la vida(…) hay libros que es un dolor verlos(…) hay libros de gala, escritos con el corazón: que excusan con su sinceridad las ligerezas del juicio; libros como acuarelas, con un color que tiene algo de rosa y de miel, y una gracia como de pluma de ave blanca; libros de perla, leche y oro.


Martí tuvo la visión de prever en muchos temas que solo eran de interés para poco tiempo y de otros que servirían para la posteridad y al respecto señala. Tales van los tiempos que el libro, que es mozo de mañana, ya peina canas por la noche. Si es libro de ciencia, cuando acaba de imprimirse ya resulta viejo. Se ha de llegar a lo que la época necesita: el libro diario…cada libro nuevo, es piedra nueva en el altar de nuestra raza.

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