Por:
MsC. Enma Colina Bruzón.
En
nombre de Cristo y con la cruz a cuestas se han cometido miles de hechos
vandálicos, desde la propia cruxificación del redentor, las cruzadas, las
colonizaciones, asesinatos, invasiones sangrientas, entre otros contrarios a la
prédica cristiana que deshonran a los autores y desacreditan la fe que profesan. Hoy el estado de Israel
establecido en tierra santa comete genocidio con sus vecinos de Palestina.
La
posición religiosa del Apóstol de Cuba, está vinculada a un sólido concepto, el
Martí contra la Iglesia, contra el papado, contra las fuerzas del clero en
todas las religiones, sin embargo es también el Martí respetuoso de la
religiosidad practicante, de una tolerancia sin límites hacia la religiosidad
auténtica, fue un ferviente admirador de los religiosos que revolucionaron la Iglesia,
como el Padre McGlynn y sobre todo, vinculado a los religiosos que asumen
posiciones radicales.
Martí
se pronunció por la Iglesia nueva al respecto considera:
Una
Iglesia donde se levanten las almas pero no con limosnas que envilecen, sino
con modelos nobles, con las artes del ejemplo… una Iglesia que reúna en templos a los redentores de los
hombres, y sus estatuas, y sus estatuas colocadas en nichos, donde se comenten
las virtudes de los héroes, con un santoral nuevo…; una Iglesia portentosa,
natural, que se está levantando del pecho de todos los hombres a la vez…única,
inexpugnable y hermosa, adonde irán a parar como zorras encadenadas, todas
estas Iglesias y proclama a la Iglesia nueva, que reemplazará a la que se va.
(t.10, p.60; t.10, p.188, t.12, p.116).
(Obras Completas).
La visión martiana de la nueva religión y la
nueva Iglesia se asemeja a la de Lutero cuando enfrenta al catolicismo, no se
pronuncia por la desaparición de la fe cristiana, ni de la institución
responsable de difundirla y fraccionarla, sino una sustitución de los
mecanismos viciados, dogmáticos, para ubicar lo original, para introducir lo
nuevo, lo natural, racional, bello, virtuoso, libre, fraternal, humano. Martí
fue valiente al condenar las leyes
esclavizantes y las corrupciones eclesiásticas, a la vez descubrir elementos
ricos de verdad y virtud en la fe cristiana, llama a los cristianos y a las
Iglesias a la ubicación terrenal, al desentrañamiento histórico, a la búsqueda
de la justicia, al establecimiento de la paz, al ejercicio del decoro, a la
práctica de la virtud.
Al héroe cubano nada humano le fue ajeno,
desde aquel acto de injusticia que vio en su niñez al azotar a un negro, hasta
la guerra que organizó, la califica de
necesaria, breve y generosa: “Con todos y para el bien de todos”, poniendo
alrededor de la estrella en la bandera nueva el amor como fórmula de triunfo,
para independizar a su pueblo, por el cual ofrendó su vida. Una guerra sin
odios ancestrales, no podían venir tales preceptos de alguien que no fuera
consecuente con el bien al prójimo y con el cumplimiento de los postulados a
través de sus convicciones. La religiosidad martiana se distingue de los
cánones de su época por las siguientes posiciones cristianas muy peculiares en
los rasgos distintivos de su personalidad, que semejan y difieren de los preceptos
de la Iglesia Católica. El ser religioso está entrañado en el ser humano,
consecuente con él. Predicar con el ejemplo la honestidad, demostrar que el
mejoramiento humano existe. La práctica consecuente de la utilidad de la
virtud, El ser útil como atributo de nobleza. Cristo solo en la idea del bien.
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